Muchas veces, aunque seamos oriundos de un lugar, no dejan de sorprendernos hechos del pasado que siguen presentes a nuestro alrededor. En este caso, gracias a la visita de una de nuestras genealogistas, Virginia, a Zaragoza en busca de pistas para uno de los expedientes que está llevando, nos hemos enterado de que en Zaragoza hay una sección dentro de un cementerio donde reposan varios cientos de alemanes que llegaron a nuestro país hace unas cuantas décadas.
Desde la Primera Guerra Mundial, Zaragoza ha sido casa de acogida para muchos alemanes que huyeron de la guerra. Lo curioso, pero, es que estos alemanes no llegaron desde Alemania en busca de refugio, sino que llegaron desde Camerún. Como algunos sabréis, la Primera Guerra Mundial no se libró solo en suelo europeo, sino que se libró también en las colonias que las potencias enfrentadas controlaban. Camerún, que en ese momento estaba ocupada por los alemanes, se convirtió en campo de batalla de alemanes, ingleses y franceses que lucharon por el control de ese pedazo de África. Con la victoria de los dos últimos en Camerún, unos 800 alemanes y más de 60.000 cameruneses pidieron asilo político a España, que controlaba en ese momento Guinea Ecuatorial, territorio vecino con Camerún.
Según los acuerdos internacionales de la época, España tenía la obligación de acoger refugiados en su territorio hasta que la contienda hubiera cesado debido a su condición de potencia neutral en el conflicto. 347 de esos 800 alemanes que llegaron a Rio Campo (Guinea Ecuatorial) fueron enviados a Zaragoza para que pudieran continuar con sus vidas mientras la Primera Guerra Mundial continuara.
Muchos de ellos se quedaron en la ciudad bañada por el Ebro hasta el fin de sus días. Su presencia enriqueció la cultura del lugar y dejó un legado que hoy perdura, como es el Colegio Alemán, cuya educación fue muy avanzada en aquellos tiempos y se convirtió en un referente de la ciudad. También les debemos su pasión por el fútbol, que ayudó a que este deporte que mueve tantas masas hoy en día se asentara en la ciudad.
Con la llegada de la Guerra Civil a nuestro país, donde los alemanes jugaron un fatal papel protagonista, y la Segunda Guerra Mundial, los alemanes de Zaragoza consiguieron un espacio designado dentro del Cementerio de Torrero. En un principio, solo iban a ser enterrados allí los aviadores alemanes de la Legión Condor, pero se convirtió en el camposanto común de toda la colonia germana de la ciudad.
No hay nada como dedicarse a la genealogía sucesoria para conocer pedazos de nuestra historia totalmente desconocidos para la gran mayoría.
Si quieres aprender más sobre este cementerio y sobre el papel de los alemanes en la ciudad de Zaragoza, puedes leer este artículo o hacerte con el libro de Sergio del Molino, Soldados en el jardín de la paz.